Experiencia de la clase para EMBARAZADAS
Practico Kundalini yoga desde hace varios años.
En un deseo de profundizar aún más realicé el curso de formación de monitores nivel I hace dos años. Había asistido también a talleres sobre el Kundalini yoga en el embarazo y, al quedarme embarazada, recurrí a mis apuntes y a todos los manuales que encontré y prácticamente todos me recomendaban reposo, es decir, que no practicara yoga durante el primer trimestre: el riesgo de aborto, o más bien, el riesgo de que el embrión no se implante con éxito en el útero en estos primeros meses es bastante alto. Esto sucede debido a la selección natural de la especie, el cuerpo interpreta la nueva vida como algo extraño e invasivo que hace todo por sobrevivir, e intenta eliminarlo como sea porque altera el ritmo natural. Sólo si es lo suficientemente fuerte sobrevivirá. No creo que la práctica habitual de yoga pueda alterar este proceso, siempre y cuando se adapte a la nueva situación. Es más, pienso que ayudará a la nueva vida a abrirse paso y hacerse más fuerte, y que toda la felicidad y el
bienestar que aporte a la madre llegará a su bebé. Además, a partir del cuarto mes todo lo que encontré en mis manuales fueron meditaciones recomendadas y la prohibición de realizar infinidad de posturas. En efecto, existen ciertas posturas que no se podrán practicar estando embarazada, como las que supongan apoyar el abdomen en el suelo (por ejemplo, Dhanurasana o el arco) y las que requieran esfuerzo abdominal, como pueda ser la postura del estiramiento. También hay algunas recomendaciones que se han de seguir, por ejemplo, evitar los saltos, especialmente en la primera etapa del embarazo. La respiración de fuego no tiene por qué eliminarse siempre y cuando se practique con suavidad y en aquellas posturas y momentos en los que te sientas cómoda. Pero no son tantas como pueda parecer, y se puede hacer una práctica de yoga muy completa durante los nueve meses, o al menos esa ha sido mi experiencia.